Sé que fuimos
los más dichosos
y los más valientes.
Supimos medir las horas
con la inexactitud
precisa
e irremediable
de la felicidad,
con los labios
siempre mojados
de recuerdos.
Con los corazones
al rojo vivo
y las manos
latiendo.
Siempre he sabido
que fuimos todo
y todo
lo que quisimos
ser.
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