Hay veces en las que el espacio y el tiempo se confunden, o más bien dejan de existir.
Veces en las que las emociones salen de nosotros mismos, de nuestro cuerpo demasiado pequeño para contenerlas, y nos miran. Ocupan el aire y nos envuelven, siempre y nunca, en esos días y en esas horas que no existen.
2 comentarios:
Anda enchotada, ¡colacadín y pa la cama!
Jajajaja.
Y te callas, en esos momentos te callas.
Es curioso, hago caritas a la pantalla porque me veo reflejada en ella (sic).
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